Ahora bien, ¿justifican éticamente estas bondades cualquier modo de desear un hijo y tenerlo? ¿Es radicalmente un acto de amor humano desear hijos y satisfacer el deseo de tenerlos a través de ese modo artificial? ¿Resulta igual de humano y de digno desearlos eligiendo la fecundación in vitro que desearlos a través de una relación amorosa en la que el hijo surge como fruto de esa donación interpersonal?
Resuelvo tales interrogantes de la mano de un sugerente análisis ético elaborado entre otros por Rhonheimer y Carrasco de Paula. En síntesis, sólo la unión sexual íntima y amorosa entre un hombre y una mujer —si es incondicional— puede constituir la causa digna de la existencia de un ser humano. Y tal unión y requisito de incondicionalidad están ausentes en la fivet...
Publicado en www.bioeticaweb.com